Tras un difícil comienzo de la temporada en la Champions League, el Atlético de Bilbao sufrió otra derrota este sábado en Mestalla contra Valencia, por 2-0, el quinto día de LALIGA EA SPORTS. El partido se caracterizó especialmente por la polémica expulsión de Dani Vivian, quien fue sancionado con un rojo después de una decisión del árbitro confirmada por el VAR. Esta expulsión tuvo un impacto significativo en el partido, privando al Atlético de uno de sus principales jugadores y contribuyendo a una segunda derrota sin anotar consecutivamente. A pesar de la dominación inicial en términos de propiedad y territorialidad, el equipo vasco carecía de realismo frente a la meta, y la ausencia de Vivian debilitaba su fuerza defensiva.

Entrenador Ernesto Valverde señaló que el equipo había controlado bien el juego hasta la expulsión, pero que el silbido rompió el equilibrio y permitió a Valencia tomar el ascendente. Deplora la falta de morder y de capacidad para realizar oportunidades, así como la dificultad de mantener la calma después de la expulsión. Valverde también mencionó el desempeño individual de Iñaki Williams, que perdió una oportunidad crucial, y la contribución negativa del arbitraje, incluyendo la expulsión de Vivian, que potencialmente cambió el curso del juego. Subrayó la necesidad de centrarse en mejorar la conversión de oportunidades y recuperar la mentalidad ganadora.

Esta derrota marca la tercera sin una meta consecutiva para el atlético, una situación preocupante dada la baja actuación ofensiva del equipo en comparación con las temporadas anteriores. El equipo debe prepararse para el próximo juego contra Girona en San Mamés, con la esperanza de recuperar un mejor nivel y puntos de puntuación. La expulsión de Vivian, aunque controvertida, destacó las dificultades del equipo en la gestión de los momentos de presión y el mantenimiento de la concentración en el suelo. La falta de puntos y de metas son problemas importantes que hay que abordar para que Athletic alcance sus metas de temporada.