A medida que se acercaba el partido crucial de la Champions League contra el Real Madrid, Leonardo Balerdi, capitán de la Olympique de Marsella, se acercó a los críticos con resignación y determinación. Consciente del aumento de la competencia en defensa con la llegada de Pavard y Aguedd, se centra en la fuerza colectiva y el potencial de mejora que traen estos nuevos jugadores. Balerdi considera que esta competencia es un motor de progreso personal y se compromete a contribuir al éxito del equipo. Esta actitud refleja la madurez y la voluntad de formar parte de un ambicioso proyecto de equipo, especialmente necesario en un contexto de Champions League donde la resiliencia y la adaptación son primordiales.

La preparación de la Olympique de Marsella para el partido contra el Real Madrid es complicada por la ausencia de Nayef Aguerd, herido en la cabeza y bajo protocolo de conmoción. Esta falta de disponibilidad representa un duro golpe para el equipo, que tendrá que revisar sus planes defensivos. Facundo Medina debe tomar su lugar junto a Pavard, mientras que Balerdi podría ser titular a pesar de las recientes actuaciones mixtas. Esta situación se suma a las ausencias de Amine Gouiri, haciendo la tarea más ardua para OM, ya privada de varios jugadores clave. El equipo tendrá que mostrar profundidad de fuerza y adaptabilidad para enfrentar el poder del Real Madrid.

Al mismo tiempo, el presidente de Olympique de Marsella, Pablo Longoria, defendió el club con respecto a la salida turbulenta de Adrien Rabiot y Jonathan Rowe. Subrayó la necesidad de retroceder y enfocarse en una visión a largo plazo, diciendo que no tenía arrepentimientos acerca de las decisiones adoptadas. Rabiot y Rowe, ahora en AC Milan y Bolonia respectivamente, se reunieron en un partido en la Serie A, Rabiot siendo particularmente destacado. Su salida de la OM, motivada por conflictos internos, marca una nueva etapa en sus respectivas carreras, destacando la voluntad de la dirección de Marsella de preservar la cohesión del equipo.