Slavia Praga ha reclutado históricamente a jugadores de Noruega, incluyendo Ogbu, Zafeiiris y Diouf, todos los cuales han comenzado su carrera en la Liga de Noruega. Esta estrategia se debe a la búsqueda de talentos asequibles, probados y familiares con un intenso estilo de juego, calidad física y disciplina que no siempre se encuentran en otras ligas. El entrenador Jindřich Trpišovský señala que Noruega ofrece un buen equilibrio entre coste y rendimiento, y que los jugadores noruegos están a menudo más dispuestos a adaptarse a la cultura y estilo de juego de Slavia. Este enfoque ha sido particularmente exitoso, con jugadores como Oscar Dorley y Eric Prekop, y más recientemente, la adquisición del Equipo Divino, Timothy Ouam y Youssoupha Sanyang, demostrando el potencial de la Liga Noruega como fuente de talento.
La Liga Noruega, aunque menos publicitada que otras ligas europeas, ha evolucionado en los últimos años. Los clubes noruegos, incluyendo el FC Copenhague, han adoptado una estrategia de ventas de jugadores más ambiciosa, generando ingresos significativos. Esta tendencia se debe a una mejor gestión financiera y a un creciente reconocimiento del potencial atlético y técnico de los jugadores noruegos. Sin embargo, esta misma tendencia plantea desafíos para Slavia, que ahora debe competir con clubes más ricos para adaptar estos talentos. Suecia se ha convertido en una alternativa más cara, con jugadores suecos percibidos como menos adecuados al estilo de juego de Slavia.
En paralelo con estas transferencias, el club noruego Bodø/Glimt, que recientemente ha alcanzado las semifinales de la Europa League y participará en la Champions League, está planeando construir un nuevo estadio de 10 000 asientos. Este ambicioso proyecto, estimado en 100 millones de euros, se considera esencial para garantizar el desarrollo a largo plazo del club y su capacidad para competir con los mejores equipos europeos. Sin embargo, este plan es criticado por algunos expertos que destacan la fuerte dependencia del club de su entrenador y los riesgos financieros asociados con su eventual partida. A pesar de estas incertidumbres, la construcción del nuevo estadio se considera una inversión necesaria para mantener la competitividad de Bodø/Glimt en el escenario nacional e internacional.