El partido entre el Athletic Club y el Arsenal FC, marcado por la salida de Gabriel Martinelli a Arsenal el primer día de la UEFA Champions League, fue particularmente controvertido. La acción clave de la noche, conduciendo al segundo objetivo del equipo inglés, tuvo lugar en el minuto 86. Leandro Trossard, nuevo en el juego como Martinelli, marcó este objetivo decisivo, sumergiendo a San Mamés en silencio. El Club Atlético desafió esta acción, principalmente a través de su capitán Iñaki Williams, alegando una posible falta de Martín Zubimendi sobre Gorka Guruzeta, acción que precedió el objetivo de Trossard.
El capitán del Club Atlético expresó su frustración ante el arbitraje lituano Donaetas Rumsas, destacando un contacto entre Zubimendi y Guruzeta durante el duelo de la pelota. Cuestionó la ausencia de intervención del VAR en esta situación, considerando que la acción, aunque cuestionable, era una cuestión de los contactos inherentes al fútbol y no justificó una verificación del VAR. Destacó que el fútbol es un deporte físico donde los contactos son frecuentes y aceptables.
El observador confirmó esta posición, afirmando que no había nada malo en la acción y que el objetivo 0-2 del Arsenal en San Mamés era legal. Destacó que el VAR no debería intervenir en este tipo de situación, ya que es un juego de fútbol donde los contactos físicos son inevitables. El debate pone de relieve los debates en curso sobre la aplicación del VAR y la subjetividad del arbitraje en el fútbol moderno.