Sébastien Pocognoli destaca el éxito del equipo a través de un 17 de 21, a pesar de un mercato activo. Esta estabilidad permitió a todo el grupo desarrollarse más serenamente. En paralelo con las llegadas y salidas, el personal médico tuvo que gestionar varios jugadores que requerían tratamiento, incluyendo Mohammed Fuseini, Promise David, Kamiel Van de Perre y Kevin Mac Alliister, que fueron consultados con frecuencia. Además, Christian Burgess, el capitán, fue trasladado a Dendermonde en el último partido, incluso durante la tregua internacional, debido a una lesión de pie contra Anderlecht.

La lesión de Christian Burgess, a pesar de la costura, sigue siendo una fuente de incertidumbre sobre su participación en el próximo juego contra el PSV. El defensor inglés fue retirado del entrenamiento de globos durante varias semanas, lo que pone en peligro su recuperación completa. Esta situación es aún más preocupante además de la suspensión de Raúl Florucz, privando a la Unión de un jugador clave y debilitando considerablemente su fuerza defensiva.

La ausencia combinada de Burgess y Florucz representa un reto importante para la Unión. Sébastien Pocognoli insiste en la dificultad de esta situación, destacando el impacto negativo en el equipo. La gestión de estas lesiones y suspensiones pone de relieve la fragilidad de la fuerza de trabajo y la necesidad de que el personal encuentre soluciones para mantener la competitividad del equipo. El resultado de la situación de Burgess sigue siendo incierto y tendrá un impacto significativo en la composición del equipo para el próximo partido.

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